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Mi hijo se porta mal

Foto del escritor: Trampolín De ColoresTrampolín De Colores

Muchas veces los padres se quejan de que sus hijos no les obedecen o que tienen que repetir las cosas muchas veces y no hacen caso y han de insistir en ello e incluso llegan a enfadarse por este motivo. Hasta que llegan a un punto que ya no saben lo que hacer.

Esta situación suele ser frecuente en las casas y ocurre muchas veces: peleas entre hermanos, malas contestaciones, no se quiere ir a dormir, no se quiere vestir solo o le repetirnos mil veces que se vaya a duchar entre otras…

La desobediencia es una negativa a hacer alguna cosa que se nos ha pedido en un periodo de tiempo limitado o/y a seguir una serie de normas establecidas ya sean padres, profesorado u otras personas con el fin que el funcionamiento de la escuela o casa sea el correcto.

¿POR QUÉ NO OBEDECE NUESTRO HIJO/A?

Habría innumerables motivos por los que los niños no obedecen, algunas de ellas serían:

  • Para llamar la atención: un niño puede ser desobediente para que sus padres le presten más atención.

  • Se muestra inseguro

  • Puede ser por mostrar celos, a veces hay diversas situaciones que generan celos como puede ser el nacimiento de un hermano y pueden realizar conductas negativas para de llamar la atención de sus padres para que tengan y pasen más tiempo con él ya que la llegada de un hermano implica la pérdida de atención de tenía anteriormente.

  • Algunos niños no sabe esperar ya que son inmaduros y han de aprender aun a guardar su turno.

  • Sobre los 2-3 años es normal que los niños tengan conductas oposicionistas ya que es una edad en la que los niños ponen a prueba la autoridad de sus padres.

  • Pero sobre todo, la más importante y la más frecuente es: porque lo que les pedimos que hagan es un rollo y tienen que dejar de hacer algo que les gusta para hacer algo que no les gusta (a nosotros también nos pasa!).

Normalmente cuando una conducta se aprende suele ser porque su conducta tiene consecuencias positivas, por ejemplo adquirir la atención de los padres que solo se le da cuando se comporta mal o no se hace caso y no cuando el niño se porta bien.

Es decir, los niños aprenden a ser obedientes dependiendo de los estímulos que les ofrecen los adultos y de cómo estos reaccionan frente a su conducta.

Por esto es muy importante valorar y tener en cuenta todas las conductas correctas y no solo las negativas. Si solo se le presta atención cuando se porta incorrectamente nuestro hijo tiene así un gran reforzador para seguir comportándose mal.

Al tratar de modificar la conducta es muy importante analizar tanto la conducta y el comportamiento del niño como el de los adultos.



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